Siguiendo el camino de baldosas amarillas
Hoy comencé el día bastante mal, y fue empeorando según pasaba la mañana. Uno de esos días en que recibes palo tras palo, se te van algunas esperanzas, y llega un momento en que necesitas un respiro, porque has llegado a tu punto máximo de aguante.
A medio día ya no podía mas, y he explotado, sacando toda la presión que llevaba acumulando estos días, o meses. Después de una buena llorera mientras conducía para casa, he decidido intentar arreglarlo, y le he dado vueltas a como mejorarlo aunque solo fuera un poco. Y tras unos minutos me he decidido por ir a tomarme algo... cualquier cosa. Un heladito, un batido, un café... en definitiva, un regalo.
La zona a la que fui tenia todo cerrado, y lo único que estaba abierto era un restaurante de comida rápida de hamburguesas. Me pare, me imagine una hamburguesita con sus patatas... y tras hacerseme la boca agua... sentí miedo. Sentí miedo de que fuese una huida mas hacia la comida, una forma de desahogarme ante los problemas o la ansiedad. Así que seguí con el coche.
Pero... pensé... ¿y si simplemente me apetece?
Así que di media vuelta, entre en el restaurante, y me pedí un menú, el que me apetecía, sin pensar en las calorías o en si me produciría malestar y ansiedad tomar algo bastante calórico ... me lo propuse como una prueba, como un reto.
Y puedo decir que lo disfrute realmente. Tarde mas de media hora en tomármelo todo (los que hayáis sufrido bulimia entenderéis lo importante que resulta eso), me leí mientras el periódico, me levante un rato después de terminar, y me fui de allí como si nada... sin ni siquiera recordar que había estado a punto de no ir por miedo a sufrir una pequeña crisis. No fue fruto de la ansiedad. Simplemente me apetecía, como lo que buscaba, un regalo. Nada más.
No es una simple hamburguesa. Ni unas patatas fritas.
Parece que seguir el camino de baldosas amarillas da resultado.
Anorexia
Bulimia